Netflix se niega a calificar a The Crown como una serie de ficción y las autoridades del Reino Unidos amenazan con tomar acciones
La diatriba entre los productores de la serie de Netflix «The Crown» y el gobierno británico ha reavivado el debate sobre el entrecruzamiento de historia y ficción en las producciones audiovisuales que se califican como biográficas. La negativa de los voceros del seriado a colocar un aviso en cada capítulo en el cual se aclare que es una serie de ficción ha dado lugar a una escalada de roces que han llegado a que Inglaterra considere cambiar sus leyes en cuanto a la exposición de las personalidades conocidas en medios de comunicación.
«The Crown ha reabierto el debate a escala internacional sobre los límites de las llamadas biopics: películas y series de televisión que recrean la trayectoria de personajes famosos. La discusión se mueve entre los que opinan que este género audiovisual, en plena expansión, debería ser fiel a la verdad para no dañar injustamente la imagen de los protagonistas, y los que entienden que es totalmente lícito que se revelen datos no contrastados (o directamente inventados), pues el objetivo no es informar a la audiencia, sino entretenerla. Con la ley en la mano, ¿quién lleva razón?», se pregunta un análsis publicado por el diario El País en el cual se entrevista a expertos en el área audiovisual y legal sobre el caso particular de la serie y sobre el género biográfico en general.
The Crown es una producción de Netflix estrenada en 2016 que relata la historia del reinado de Isabel II. La cuarta temporada se estrenó este mes de noviembre y como ninguna otra levantó polémica. Analistas consideran que la tensión se debe a que la serie está adentrándose en sucesos de la historia contemporánea que aún se recuerdan y son sensibles, así que mostrarlos de forma inexacta ya ni siquiera es terreno de la ficción sino del fake news.
Los comentarios se basan en que apartemente se cuentan acontecimientos deformados o completamente ficticios, se deja mal parada a la reina, al príncipe Carlos y a Margareth Tatcher, entre otros personajes, y se relata la historia de Diana de Gales adornada de mucha ficción. Incluso hay quienes interpretan que en diversas escenas se ofrecen pistas sobre una eventual responsabilidad de la familia real en su trágica muerte, momento que hasta ahora no ha sido narrado en el seriado.
«Detrás de la frustración con respecto a The Crown hay una comprensión de que es probable que esta versión de la familia real, ya sea correcta o incorrecta, sirva como la narrativa de referencia para una generación de espectadores, sobre todo los jóvenes, que no recuerdan la década de 1980 y mucho menos los eventos más antiguos que se representaron en las temporadas anteriores», advierte una nota de The New York Times.
El género biográfico ha sido ampliamente explorado por Netflix en los últimos años. Este mismo mes se estrenó la primera temporada «Selena, la serie», en la que se recrea la vida de la fallecida cantante de texmex. La apuesta por estas historias se revela en el presupuesto de The Crown, el más alto de Netflix para una serie, que hasta se dijo que era la más cara de todos los tiempos, con un presupuesto de entre US$6,5 millones y US$13 millones por episodio.
Por ahora quedará esperar si realmente las amenazas de Downing Street contra Netflix y The Crown se cumplen, pero independientemente del resultado, todo el ruido solo hace que el público espere con más ansias a las temporadas 5 y 6 de la serie, que llegan en 2021 y serán las últimas.
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