Ahorro de hasta $5000 mensuales y 13 horas por semana impulsan su adopción, aunque solo el 23% la integra completamente en sus estrategias
La inteligencia artificial (IA) está dejando de ser una promesa tecnológica para convertirse en una aliada estratégica en el mundo del marketing, especialmente para las pequeñas y medianas empresas. La optimización del tiempo, la eficiencia en recursos y la mejora en la toma de decisiones están posicionando a la IA como una herramienta imprescindible en los entornos publicitarios actuales. Así lo demuestra el estudio “13 Hours Back Each Week”, que revela datos contundentes sobre los beneficios tangibles que esta tecnología ofrece a los profesionales del marketing.
Según la investigación, realizada entre el 21 de mayo y el 12 de junio de 2025 a más de 1000 especialistas del sector, la IA permite recuperar en promedio 13 horas semanales por persona. Este ahorro equivale a un tercio de la jornada laboral estándar, liberando tiempo que puede ser invertido en tareas estratégicas, creativas o simplemente en mejorar el equilibrio vida-trabajo. Desde una perspectiva financiera, el impacto también es contundente: la reducción de costos operativos alcanza los 4739 dólares mensuales por equipo, un dato que cobra especial relevancia para empresas con presupuestos ajustados.
Esta transformación en el modo de operar se traduce en una nueva manera de entender el marketing. Ya no se trata solo de automatizar procesos, sino de generar valor desde la planificación hasta la medición. La IA no solo agiliza tareas repetitivas, sino que potencia la creatividad, permite personalizar campañas en tiempo real y mejora el retorno de inversión al facilitar decisiones basadas en datos. Todo esto convierte a las pequeñas empresas en competidores más ágiles y eficientes en un entorno cada vez más dinámico y digital.
Sin embargo, y a pesar de sus evidentes ventajas, la adopción plena de la IA aún está en una etapa temprana. Aunque el 82% de los profesionales ha utilizado la inteligencia artificial en al menos una tarea, solo un 23% la integra de manera transversal en todo el ciclo de campaña. Esta brecha revela un enorme potencial sin explotar, y al mismo tiempo, una oportunidad para las marcas que decidan tomar la delantera. Implementar la IA no requiere ser una gran corporación, sino contar con visión, apertura al cambio y disposición para invertir en herramientas que marcarán la diferencia.
Además de sus beneficios operativos, la IA también tiene un impacto directo en la percepción del equipo. El 77% de los usuarios afirma sentirse más seguro en su desempeño profesional gracias a estas herramientas. Esto no solo mejora la moral, sino que fortalece la cultura organizacional, promoviendo entornos más colaborativos y orientados a la innovación.
En conclusión, la inteligencia artificial no es el futuro del marketing: es el presente. Las marcas que comiencen hoy a integrar esta tecnología en sus procesos no solo verán mejoras en eficiencia y rentabilidad, sino que estarán construyendo relaciones más sólidas con sus audiencias, gracias a una comunicación más inteligente, personalizada y humana. La pregunta ya no es si conviene adoptar la IA, sino cuánto valor estás dejando sobre la mesa al no hacerlo.