Presionada por consumidores y regulaciones más estrictas, la multinacional desarrolla fórmulas a base de ingredientes botánicos que buscan mantener intacta la experiencia sensorial.
PepsiCo atraviesa una de las transformaciones más complejas de su historia: reemplazar los colorantes artificiales de productos emblemáticos como Cheetos, Gatorade o Lay’s sin alterar su sabor, textura ni aspecto visual. En Estados Unidos, donde alrededor del 40% del portafolio aún contiene tintes sintéticos, la compañía ha intensificado su apuesta por ingredientes naturales.
El movimiento responde a una tendencia que se afianza entre los consumidores estadounidenses: más del 50% asegura querer reducir su consumo de aditivos artificiales, según estudios recientes del sector alimentario. En ese contexto, la empresa busca adelantarse a los cambios regulatorios y adaptarse a una sensibilidad de consumo más consciente.
Reformular sin renunciar al color ni al sabor
El reto no es solo técnico, sino sensorial. “Comemos con los ojos”, recuerda Damien Browne, vicepresidente de Investigación y Desarrollo de la división de bebidas. Los tonos brillantes de productos como Tostitos Salsa Verde o Mountain Dew no solo son parte de su identidad visual sino también influyen en la percepción del sabor. Por eso, los equipos de I+D trabajan para replicar esos matices sin comprometer la experiencia del consumidor.
Algunas marcas del portafolio ya han iniciado el cambio. Tostitos y Lay’s eliminarán los colorantes artificiales de sus chips antes de que termine el año, mientras que sus salsas y dips seguirán el mismo camino a inicios de 2026. Para lograrlo, los científicos de PepsiCo han recurrido a pigmentos derivados de la zanahoria, la cúrcuma o el carob (algarroba), ajustando las recetas para mantener la intensidad visual característica.
La FDA ha acelerado el proceso al aprobar recientemente nuevos colorantes naturales, incluido uno azul derivado de algas y otro de gardenia. Sin embargo, PepsiCo aún no ha establecido una fecha límite para eliminar por completo los tintes sintéticos. La razón es que el costo de reformular puede impactar en los precios y, por tanto, en las ventas.