Los firmantes de la carta señalan que, si bien la inteligencia artificial puede tener un potencial creativo significativo, su aplicación irresponsable puede representar una amenaza para la privacidad, la identidad y los ingresos de los artistas.
La creciente presencia de la inteligencia artificial en diversas industrias ha generado un intenso debate en torno a sus implicaciones éticas y prácticas. En el mundo del cine, la reciente revelación de Sora, una herramienta de OpenAI capaz de generar vídeos ultra-realistas a partir de texto, ha suscitado preocupaciones entre los profesionales de la cinematografía. Sin embargo, es en el ámbito musical donde el descontento ha alcanzado un nivel destacado, manifestado en una carta abierta firmada por más de 200 artistas de renombre.
La Artist Rights Alliance (ARA) ha sido el vehículo a través del cual estos músicos han expresado su inquietud. Nombres como Billie Eilish, Nicki Minaj, Stevie Wonder, Peter Frampton, Katy Perry, Smokey Robinson, Jon Bon Jovi, Pearl Jam, R.E.M. y otros reconocidos artistas han puesto su rúbrica en esta carta. Uno de los puntos críticos abordados en el documento es la generación de canciones por parte de plataformas y desarrolladores que imitan deliberadamente el estilo y la voz de artistas conocidos, socavando así la originalidad y el esfuerzo creativo de los músicos.

Los firmantes de la carta señalan que, si bien la inteligencia artificial puede tener un potencial creativo significativo, su aplicación irresponsable puede representar una amenaza para la privacidad, la identidad y los ingresos de los artistas. Existe una preocupación creciente sobre el uso no autorizado de la obra de músicos para entrenar modelos de IA con el objetivo último de reemplazar a los artistas reales. Esto no solo pone en riesgo la sustentabilidad económica de los músicos, sino que también menoscaba la integridad artística al desvalorizar su trabajo.
La carta abierta difundida por la ARA es un llamado urgente a los desarrolladores de IA, a las empresas tecnológicas y a los servicios digitales de música para que actúen de manera ética y responsable. Los artistas enfatizan la importancia de proteger la creatividad y los derechos de autor en un entorno donde esta tecnología puede ser tanto aliada como amenaza.
El debate sobre la inteligencia artificial en la música no es simplemente un choque entre lo antiguo y lo nuevo, sino un llamado a encontrar un equilibrio entre la innovación tecnológica y la preservación de la integridad artística. Si bien la IA puede ofrecer herramientas poderosas para la creación musical, su uso debe estar enmarcado dentro de principios éticos que respeten la originalidad, la privacidad y los derechos de los artistas.