En distintos países, organizaciones públicas y privadas han impulsado mensajes potentes que buscan desmontar estereotipos, promover la denuncia y recordarle a la sociedad que la violencia contra las mujeres no es un asunto aislado, sino una emergencia que exige acción inmediata.
Cada 25 de noviembre trae consigo un recordatorio incómodo: las cifras de violencia contra las mujeres no retroceden al ritmo que necesitan las víctimas. Desde América Latina hasta Europa, el desafío sigue siendo enorme. La respuesta institucional avanza, pero las desigualdades estructurales, la normalización del control y la impunidad siguen alimentando un problema que atraviesa generaciones.
En los últimos años, diversas organizaciones han apostado por campañas que no se limitan a sumar visibilidad. Muchas buscan interpelar directamente a quienes sostienen conductas violentas, cuestionar discursos instalados y movilizar a quienes suelen permanecer como observadores silenciosos. A continuación, estas son tres iniciativas que lograron abrir conversación y sumar un punto de quiebre en sus contextos.
Gobierno del Perú: #ViolenciaDisfrazadaDeAmor
El Estado peruano impulsó una campaña que buscó desmontar la idea de que los celos, el control o la manipulación pueden confundirse con afecto.
MUDEP y Digitas Perú: reconocer que la violencia también es una pandemia
En Perú, MUDEP y Digitas Perú unieron fuerzas en el contexto de la pandemia por la COVID-19 para insistir en que la violencia contra las mujeres no solo es estructural; también es persistente, silenciosa y capaz de crecer si nadie la enfrenta.
Ministerio de Igualdad de España: “Ni una más. Ni una menos”
España presentó una campaña centrada en la violencia ejercida por parejas y exparejas, con un llamado claro: los agresores deben enfrentar rechazo social y quienes acompañan a las víctimas también tienen un rol activo. El mensaje colocó el foco en el entorno, invitándolo a dejar atrás la neutralidad y a reconocer la responsabilidad colectiva frente a cada caso.









