Mario Gutierrez, decano de la facultad de comunicaciones de UCAL, alerta que el 45% de los egresados están en descontento con sus estudios.
Cuando se está a punto de terminar la secundaria llega una época de mucho estrés, porque es hora de rellenar el formulario de admisión de alguna universidad o instituto. Para esto es necesario pasar por un test de orientación vocacional, asistir a charlas informativas con mucha anticipación o acudir a lo que hoy en día se está realizando muchos centros de estudios: talleres vivenciales.
En una entrevista para el diario Gestión, Mario Gutierrez, decano de la facultad de comunicaciones de UCAL, acerca de orientación vocacional y los defectos del sistema que ocasionan que varios jóvenes abandonen la carrera o sentirse infelices con lo que decidieron estudiar mencionó: ¨Debemos preguntar a los padres, psicopedagogos y hasta las universidades que están involucradas en un proceso tan tenso y complejo que tiene el estudiante de quinto de media si permiten que ellos elijan bien su carrera profesional¨.
Estadísticamente se tiene que el 40% de los jóvenes que inician una carrera no la terminan, ya sea porque decidieron irse a otra universidad o simplemente porque no les agradó la carrera. Por esta razón, según el especialista, es de vital importancia que los alumnos tengan una orientación vocacional adecuada en sus escuelas. Para él esto no termina con el ingreso del joven al centro de estudio.
¨Tenemos un sistema donde hacen que los jóvenes a temprana edad elijan su futuro. Existe una presión social que conlleva al estudiante elija su futuro a temprana edad, por eso estas estadistas¨, señala Gutiérrez.
Una cifra alarmante que afirmó el decano fue que el 45% de los egresados están en descontento con sus estudios. Para él una solución es darse cuenta que las carreras están cambiando, hay un 35 hasta 40% de carreras que están a punto de extinguirse. Existe una fusión de carreras debido a que se vive en una sociedad híper digital con híper información.
En cuanto al tiempo que un joven puede perder estudiando algo que no le apasiona o que se ve obligado a realizar por la presión de algunos familiares o amigos puede ser desde un ciclo hasta toda una carrera universitaria. Para evitar esto los padres de familia y/o tutores deben de realizar en esta etapa de vida del hijo/estudiante un seguimiento constante.