Las compañías deben enfocarse en generar clientes fieles, fans entusiastas que mantengan una relación emocional con los valores de la marca.
El principal objetivo en común que guardan las empresas es convertirse en líderes del mercado, para ello deben contar con los mejores guerreros, fieles a la marca y dispuestos a ponerse la camiseta en la competencia por el primer puesto.
Un cliente que ve a la empresa o producto como algo más que una compañía, aquel que le agrega cualidades emocionales a la relación que mantiene con una empresa, es un potencial fan de la marca, alguien que actuará en su defensa a la hora de un ataque de la competencia.
En sí, la idea es transformar al cliente en un fan, alguien fiel a la marca, preocupado por el engagement y cuya tendencia de consumo apunte hacia tu producto o servicio. Es decir, defensores, consumidores que generen un eco social, recomienden, promocionen tu empresa y la defiendan.
Cuando la marca se ve atacada, él responde. Esta situación es mucho más visible cuando se trata de competencia directa como la eterna rivalidad entre Coca-Cola y Pepsi, Apple y Samsung o McDonalds y Burguer King. Las redes sociales juegan un papel muy importante en esta batalla, ya que resultan una herramienta idónea para darle un papel activo a los fans.
Las empresas deben enfocar su mayor esfuerzo en fidelizar a sus clientes e iniciarlos en este proceso de transformación, en el cual la satisfacción del producto o servicio sumado a la emoción producida por la experiencia con la marca juegan un papel fundamental.
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