Aunque el fútbol femenino ha experimentado avances significativos en los últimos años, todavía persiste una abismal diferencia entre los géneros de este deporte.
El fútbol ha sido históricamente dominado por los hombres, pero en los últimos años, el fútbol femenino ha logrado destacar y ganar terreno en el panorama deportivo. Sin embargo, a pesar de los avances, la brecha salarial entre hombres y mujeres en el deporte sigue siendo un tema de discusión.
Según informa BBC Mundo, la brecha de ingresos se hace evidente al comparar los patrocinios, asociaciones con marcas y negocios personales de ambos géneros.
Tomemos como ejemplo a la futbolista australiana Sam Kerr, una de las más populares del mundo, cuyas ganancias anuales por contratos con empresas como Nike y EA Sports apenas alcanzan los US$2 millones. En contraste, el jugador Mbappé alcanza la asombrosa cifra de US$128 millones, según Forbes.

Por encima de ellos, figuran los icónicos Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, quienes, a pesar de encontrarse en el ocaso de sus carreras, han asegurado contratos multimillonarios al unirse a ligas menos competitivas, como las de Estados Unidos y Arabia Saudita, respectivamente.
Un ejemplo notorio es Ronaldo, cuyos ingresos anuales se estiman en más de US$200 millones. Esta disparidad económica es un reflejo de la realidad que enfrentan las futbolistas en comparación con sus contrapartes masculinos.
Premios en el fútbol profesional
Aunque los premios en torneos masculinos son considerablemente mayores, como veremos más adelante, existe un esfuerzo por equilibrar la compensación entre hombres y mujeres en el fútbol.
En el caso del Mundial de Australia y Nueva Zelanda, las 23 futbolistas que representan a Estados Unidos tienen garantizado un premio mayor, incluso si quedan eliminadas en primera ronda, que el que recibirán las integrantes del equipo campeón el 20 de agosto.

A pesar del considerable aumento en los premios dispuesto por la FIFA para este torneo, con US$110 millones en comparación con los US$30 millones de hace cuatro años en el Mundial de Francia, sigue siendo significativamente inferior a los US$440 millones entregados en el Mundial de Qatar el año pasado.
La FIFA asegura que está comprometida con el proceso de reducir estas diferencias y busca avanzar hacia una mayor igualdad en la compensación entre géneros.
Enorme crecimiento
La FIFA vislumbra el potencial de crecimiento del fútbol femenino como una valiosa fuente de ingresos para la organización.
Además, el torneo ya ha batido récords en ventas de entradas, y se estima que aproximadamente 2.000 millones de personas interactuarán de alguna forma con el evento, el doble de hace cuatro años.

“Ya en Francia en 2019 se vio que el fútbol femenino ofrecía una gran oportunidad”, afirmó Romy Gai, director comercial del organismo rector del fútbol.
A pesar de estos avances, se reconoce que todavía queda mucho por hacer. Aunque Estados Unidos es una excepción positiva, son pocos los países que siguen una dirección similar en el desarrollo del fútbol femenino.
Pocos días antes de la inauguración del torneo, las integrantes de la selección australiana expresaron su preocupación por la disparidad de premios entre los mundiales masculino y femenino, y también resaltaron la falta de representación organizada para el colectivo de jugadoras en la mayoría de los países, lo que dificulta la presión por mejores condiciones laborales.
“Todos queremos que nuestras jugadoras sean cien por ciento profesionales y ese debe ser el legado de esta Copa del Mundo», señaló Nick García, comisionado de la liga australiana de fútbol femenino.
A pesar de los desafíos, el futuro del fútbol femenino es prometedor. A medida que la igualdad de género se convierte en una prioridad en el deporte y la sociedad en general, se espera que la brecha salarial continúe reduciéndose. Los avances en el reconocimiento y la inversión en el fútbol femenino son fundamentales para crear oportunidades equitativas para las jugadoras y garantizar que su talento sea valorado en su justa medida.
Fuente: BBC Mundo