IKEA Canadá se inspira en la clásica canción navideña ‘Los doce días de Navidad’ para darle un giro de tuerca y crear una campaña que invita a las personas a pensar en la tienda de muebles como su primera opción durante la temporada festiva.
La llegada de la Navidad es un símbolo de estrés para muchos, pues no solo se trata de elegir la comida perfecta para la cena o llenar la casa de decoración de Santa Claus. En ocasiones, la tarea más difícil resulta ser buscar el regalo perfecto para los seres queridos. No falta quien decide regalar chompas a los abuelos, a pesar de que el año anterior hizo lo mismo.
El valor de un regalo práctico
IKEA se aprovechó de este insight para crear una campaña que redefine el sentido de la Navidad, o al menos el propósito de los regalos. Así, de la mano de Rethink, idearon una serie de videos a partir de un brief unificado que busca destacar el papel singular de la tienda de muebles durante las fiestas decembrinas.
Aunque IKEA no siempre figura como la primera opción en la mente del consumidor al pensar en regalos navideños, la marca apuesta por cambiar esa percepción. Bajo la premisa de que los mejores obsequios son los que realmente se utilizan, la compañía lanzó una campaña que reinterpreta la clásica canción “Los Doce Días de Navidad” para evidenciar el valor de la practicidad.
Con este giro creativo demuestra que un regalo funcional puede generar más impacto emocional que una perdiz en un peral, dos tórtolas o tres gallinas francesas (como dice la canción). Puede que IKEA no sea el primer nombre que surge al pensar en una tienda para regalos de Navidad, pero sí puede ser el regalo que verdaderamente suma en la vida cotidiana.
La idea creativa detrás
La campaña toma como eje central la clásica melodía navideña, reimaginada para potenciar el caos creativo que ocurre en pantalla. Detrás de esta pieza, la producción coordinó a 15 animales —incluyendo seis especies de aves— en una logística compleja que aporta autenticidad a la narrativa.

En línea con sus valores de responsabilidad y transparencia, IKEA trabajó de la mano con Movie Animals Protected (MAP), referente en estándares éticos de la industria. Los especialistas de MAP acompañaron todo el rodaje para capacitar al equipo, prevenir riesgos y asegurar que cada animal fuese tratado con el máximo cuidado, reforzando así el compromiso de la marca con una producción responsable.
Evidentemente, no todas las criaturas eran reales. En algunas escenas se tuvo que recurrir a la animación digital para poder crear tan cómicas imágenes. Sin lugar a dudas, ningún director habría podido reunir tantos gansos en un pequeño espacio sin que se desate un desastre. La mezcla entre imágenes reales y arte digital permite que Ikea cuente una historia conmovedora sin descuidar la calidad de su video.










