Una encuesta arrojó que el 75% de estos habría renunciado a su último empleo por temas de salud mental.
El mundo ha cambiado, al igual que todos los que en él habitan. El estudio de cada una de las generaciones es una muestra de ello, sobre todo al conocer su desempeño, preferencias y características en distintos aspectos de la vida.
Actualmente, la generación Z se enfrenta a una cruda realidad, y es que el sistema laboral global, en general, continúa siendo el mismo que el vivido por los Baby Boomers, lo que da pie a un replanteamiento del mismo.
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Esta generación de jóvenes entre los 18 y 35 años de edad, exteriorizan con mayor facilidad algunos síntomas de ansiedad o estrés, algo que en generaciones pasadas no era tan frecuente, además se encuentran menos interesados en mantenerse por un largo periodo en un mismo lugar de trabajo.
De acuerdo a una encuesta realizada a un grupo de 1600 jóvenes de la generación Z por Mind Share Partners, el 75% indicó que habría renunciado a su último empleo por temas de salud mental, sobre todo de ansiedad. Latidos cardiacos, temblores, mareos, y hasta desmayos son algunos de los síntomas de este grupo generacional.
Los datos de esta investigación, curiosamente, coinciden con el de un estudio presentado en Harvard Business Review, en el que se afirmaba que el 60% de estos jóvenes habían atravesado algún síntoma relacionado con su salud mental.
Realizando una comparación, solo el 10% de los encuestados que pertenecían a la generación Baby Boomer, personas entre los 55 a 73 años de edad, aseguraron que habían abandonado sus puestos de trabajo por temas relacionados con su salud mental.
“La salud mental es algo que tenemos que acostumbrarnos a hablar a diario actualmente cada vez que llega una nueva persona”, comentó la fundadora de Mind Share Partners.
El cambio de la cultura social es descrito por la investigación como una de las razones que dan pie a este escenario . Algunos datos particulares del estudio, son que existen aspectos demográficos que intervienen también en las cifras obtenidas, por ejemplo, los latinos y negros tenían un 50% más de probabilidad de abandonar su trabajo voluntariamente y experimentar más síntomas que los caucásicos.
“Los grupos subrepresentados enfrentan desafíos adicionales en el lugar de trabajo en virtud de la raza o el origen étnico”, añadió Greenwood.
Otro dato curioso es que más de la mitad de los encuestados, el 55% para ser más exactos, que dejaron su puesto de trabajo pertenecían al sector de la tecnología, no obstante, estuvieron de acuerdo de hablar sus problemas con sus colegas.
Frente a esta generación que ha tomado por si misma el nombre de “la generación de la terapia“, la ejecutiva explicó que era necesario capacitar a las empresas para la canalización de casos como estos.
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