Sabemos que las buenas ofertas generan más ganancias, pero hay otras que producen la ruptura de la relación marca-cliente.
En el retail, se define la oferta como un producto o servicio que se muestra al mercado en condiciones ventajosas y con un tiempo limitado. Diversas tiendas utilizan esta técnica para lograr generar más ganancias al rebajar los precios de un producto u ofrecer un “extra” al consumidor por la compra de varias unidades del mismo.
La oferta busca que el cliente vea su compra como un “ahorro”, no obstante, a menudo no se consigue que las ventas se incrementen y estas se estancan o terminan generando una mala imagen que produce un deterioro de la relación entre la marca y su consumidor.
Lo primero que debes tener en cuenta es que el cliente no es tonto y sabe perfectamente que la marca buscará atraerlo para que compre, por lo que todos sus sentidos estarán atentos a cualquier cosa que les cause sospecha.
¿Qué ofertas no se deben hacer? Hay “ofertas” que en realidad no lo son y en esta publicación te ayudaremos a detectarlas.
1.Ofrecer un producto a su mismo precio
Obviamente esto no es una oferta, pero hay algunos que piensan que poner el precio de un producto en un cartel más grande y llamativo en la tienda hace que el cliente lo perciba como más barato. Puede que en parte genere esa sensación, pero no se tiene en cuenta que, gracias a internet, ahora el cliente puede acceder a la información en cualquier momento, por lo que si se llega a descubrir que fue engañado, la marca verá afectada su imagen.
2.Ofrecer un producto en descuento cuando fue previamente inflado
Una marca no se puede prestar a competir deslealmente y menos engañar a sus clientes. No debes inflar el precio de un productor para luego presentarlo como un descuento artificial, ya que esta acción quita credibilidad y pérdidas de consumidores.
3.Presentar todos los precios como ofertas
Si el término “oferta” existe es porque se tratan de oportunidades únicas y que crearán un elemento diferenciador de otros productos, prácticas como estas hacen que la oferta pierda potencia y credibilidad.
4. Hacer ofertas mal ubicadas
En algunos establecimientos se tiene por costumbre poner los productos ofertados en los peores lugares de la tienda, ahí donde nadie los ve. Las ofertas deben ir en lugares llamativos y que estén a simple vista del consumidor.
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