Por: Julio Nakasato / Marketing Manager de Under Armour Perú.
Han pasado tres años desde la inclusión del primer anuncio sobre violencia de género que se haya emitido en Estados Unidos durante el evento deportivo más importante y visto por los norteamericanos, el Super Bowl, en aquel entonces el #49, en donde el triunfo al último minuto de los New England Patriots sobre los Seattle Seahawks tal vez no sea lo que más recuerden muchos aficionados. Aquel spot de 30 segundos trataba sobre una conversación en la que una mujer llamaba al número de emergencias 911 pidiendo “una pizza”, cuando en realidad estaba llamando a la policía con la esperanza de que el agente sepa oír el miedo en su silencio.
El mensaje del comercial titulado ‘No More’ era directo y crudo, “cuando las víctimas no pueden hablar, nuestro deber es escuchar”.
Desde entonces la NFL (National Football League) se comprometió a donar cinco millones de dólares anuales durante cinco años para luchar contra los abusos.
El Perú, lamentablemente, no está al margen de este terrible mal.
No más abusos ni agresiones contra las mujeres, “Queremos un Perú más justo e igualitario”.
Esa fue la finalidad de la campaña #NiUnaMenos, y fue en 2016 que se realizó la primera marcha masiva, convocada principalmente través de redes sociales. Muchos personajes famosos se sumaron a la iniciativa, y en esa coyuntura, el Ayacucho FC de la Primera División del fútbol peruano, fue el primer club cuyos jugadores se sumaron a la difusión.
Han pasado casi 2 años para que volvamos a ver mensajes, esta vez en contra de la violencia sexual contra la mujer, en nuestro país, problema de todos los días. El 09 de marzo pasado, jugadores de Alianza Lima y la Universidad San Martín ingresaron al campo de Matute luciendo polos a favor de la campaña contra la violencia sexual.
“Yo también juego contra la violencia sexual”, indicaba la frase en los polos de los jugadores. Lo más destacado fue que cada futbolista entró al campo de juego acompañado de mujeres de distintas edades (madres, hermanas, hijas, sobrinas, etc.). Este ingreso fue repetido en todos los partidos de la séptima fecha del Torneo de Verano de este año.
Este tipo de campañas o acciones en el deporte no deben quedar en el recuerdo, para una fecha del campeonato determinada o porque un caso particular de violencia sexual contra una mujer fue la noticia de la semana. Los clubes deportivos deben organizarse y comprometerse a siempre participar con este tipo de campañas, no solo mostrando un polo con un mensaje, sino trabajar conjuntamente con sus marcas auspiciadoras y realizar promociones que incluyan a la mujer a volver a los estadios, vestir uniformes (en el caso de los clubes profesionales) o utilizar accesorios especiales que tal vez que incluyan un color determinado por parte de la ADFP (pelotas de fútbol y uniformes de los árbitros) en fechas o un mes determinado.
Promovamos campañas contra la violencia sexual en el deporte. Y que el fútbol peruano se haga escuchar, sobre todo en este año de fiebre mundialista, y no sea ajeno a la dura realidad. Ganémosle por goleada a la violencia sexual, la pelota está en nuestra cancha.
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