Expertos instan a las empresas a desarrollar un plan de contingencia con canales de comunicación alternativos que impidan la desconexión con el cliente.
El comercio virtual fue el más afectado por el apagón de más de cinco horas que sufrió el 4 de octubre Facebook, Instagram y Whatsapp. Así como en el resto del mundo el Perú no se escapó de la parálisis comercial por la falla en las redes sociales y la plataforma de mensajería instantánea.
Por un lapso de entre siete u ocho horas fue imposible generar ventas por esas vías. Más que una limitante de comunicación, para los comerciantes que viven del día a día la caída global de la plataforma de Marck Zuckerberg se tradujo en pérdidas cuantiosas.
Es por esa razón que el director de marketing de la Escuela de Postgrado de UPC Giner Ordóoñez instó a las compañías a idear un plan de contingencia para hacer frente a emergencias como la reciente.
De acuerdo al especialista el plan de contingencia debe incluir alternativas para indicar a los clientes tomar previsiones ante las fallas, así como también considerar los retrasos que se generarán debido a los problemas de comunicación.
A partir de ahora las empresas deberían tomarse en serio la integración de los datos del clientes, es decir, no solo tener a la mano el número de teléfono sino también ubicaciones, direcciones, páginas web, chat en vivo y poner a disposición de la clientela de la dirección de tiendas físicas.
Sin duda alguna la caída de las redes sociales no solo afectó las ventas hacia el cliente final sino que también obstaculizó el ritmo de las coordinaciones logísticas y de gestión por lo que se hace urgente contar con un equipo de esté preparado para actuar ante momentos de crisis y comunicar las soluciones inmediatas.
Para los negocios peruanos, el colapso de estas redes sociales ocasionó que se dejaran de transaccionar alrededor de 14 mil millones de soles, según informó Netblocks. Esto ha ocasionado que los emprendedores y empresarios se cuestionen acerca de su dependencia a estas plataformas. Sin dudas, las empresas deben mapear otras vías de venta y comunicación.
Incluso según datos de la plataforma Netblocks calculan que este imprevisto ha significado una pérdida en la economía mundial, superando los 1.000 millones de dólares.