El marketing con influencers llegará a la mayoría de edad en el 2021 y se medirá de forma más rigurosa para evitar que ese terreno siga manejándose como el “lejano oeste”, dice una columna de la revista especializada The Drum.
mercadeo con influencers tendrá en 2021 su año de normalización, y si no pone antención al ROI (retorno de la inversión), estará en jaque. Así lo asegura una columna publicada por la revista estadounidense The Drum, en la que se afirma que si bien la publicidad con estrellas de las redes sociales lleva varios años en ascenso, tocó techo al ya no poder dar fe de su real rentabilidad, así que el próximo año será el de la profesionalización de los influences para realmente demostrar que valen la inversión.
“La economía de la influencia llegará a la mayoría de edad”, dice la columna, que califica a este terreno como el “salvaje oeste”, es decir, un terreno nuevo, lleno de oportunidades y riqueza pero al mismo tiempo de peligros y de anarquía, donde los resultados tan dispares hacen difícil la construcciín de pronósticos reales.
“La falta de retroalimentación en forma de verdadera medición del ROI ha permitido que los precios de los influencers varíen enormemente, e incluso con el problema de medición resuelto, permanece la realidad ineludible de que los resultados entregados por influencers varían enormemente entre sí”, dice la nota, firmada por Ian Randolph. Señala el artículo que las marcas ya no pueden darse el lujo de invertir en influencers y luego tener retornos de inversión cuestionables.
Otra predicción de Randolph es una crisis de confianza del público en las grandes plataforma como Google o Facebook, que llegaron a números inéditos durante los cierres por pandemia.
“Si bien la participación en estas plataformas aumentó drásticamente en 2020, sabemos por nuestros clientes que el costo de adquisición a través de sus plataformas publicitarias programáticas también sigue aumentando. Durante la cuarentena, las plataformas sociales acumularon el nuevo superávit de atención, pero hoy están perdiendo cada vez más la confianza. A medida que se acumulan pruebas de la censura generalizada en sus plataformas y la colusión entre ellos para silenciar las voces críticas, los consumidores comienzan a perder la fe en que estas empresas están alineadas con sus intereses”, dice.