¿Un nuevo y revolucionario descubrimiento?
Pero fijémonos bien que “anti” significa “opuesto o contrario”, es decir que es contrario u opuesto a la gripe. De inmediato, lo que se suele pensar es que es “contra la gripe”, es decir que sirve para detenerla o evitarla. Pero si uno mira bien, las pastillas “antigripales” dicen –por lo general- “Alivia los síntomas de la gripe”; o sea que no “quita o cura” la enfermedad llamada gripe, sino que alivia o hace más tenues los síntomas de esta (tos, mucosidad excesiva, carraspera, ronquera, estornudos, fiebre, dolor de cabeza, dolor de cuerpo…). No es un “antigripal”, en pocas palabras, sino un “aliviador de síntomas de la gripe” …
Me dirán que eso qué importa, lo que uno quiere es que “se vaya la gripe”, o sea que uno deje de estar afiebrado, con dolor de cuerpo, que deje de estornudar y andar sonándose le nariz a cada rato … Perfecto, pero insisto, eso no es un “antigripal”, porque que yo sepa, lo único que protege contra ella (protege contra dos variedades “A” y una “B”) es la vacuna contra la gripe, que es también llamada “influenza”.
Entonces, el “claim” principal de esas pastillas que se venden sin necesidad de una receta médica, no sería cierto, aunque lo aclaren después con lo de “síntomas”.
¿Y para qué todo esto? ¿Por qué estoy en contra de los antigripales? No, simplemente porque la publicidad puede decir cosas que de inmediato rectifica, pero ya las dijo y las machaca en las múltiples repeticiones que usa.
Me dirán que exagero, pero por desgracia es más común de lo que uno cree y este es un ejemplo sencillo; muchas veces, no se dice la verdad directamente y se usan palabras que “explican” lo que “se quiso” decir. La creatividad nada tiene que ver aquí, y si creen que no estoy en lo cierto, bueno, esa es mi opinión.