Alfaguara es una palabra española de origen árabe, que, según el diccionario, es un “Manantial de agua que surge con violencia” o “Manantial de agua abundante”; es también el nombre de una muy prestigiosa editorial española y el del premio que esta otorga cada año.
Y es porque el Premio Alfaguara de novela de este año ha recaído en alguien que conozco personalmente y porque que yo sepa o recuerde, es la primera persona que gana un premio literario a quien conozco, que escribo esto; puede no parecer importante para nadie, pero para mí, lector empedernido, conocer a un “grande” de las letras, es un premio a mi “tozudez lectora”, sobre todo –y aquí viene el entronque con la publicidad- porque Gustavo fue mi alumno en el curso de Creatividad, que yo dictaba en el “Instituto Peruano de Publicidad” (IPP).
Gustavo Rodríguez, fue mi alumno y es el causante del orgullo mío más reciente, porque, aunque siempre leí con interés y satisfacción lo que escribía, “100 Cuyes”, la novela ganadora del Alfaguara 2023, es su gran paso a la fama y espero poder leerla pronto.
Seríapresuntuosísimo creer siquiera que lo que hacíamos en las clases tenga algo que ver con su vocación literaria, porque la Creatividad no puede “enseñarse” y por eso, luego de un tiempo, cambié el nombre del curso por el de “Técnicas de razonamiento creativo” y esto hizo variar un poco él contenido … Apenas me enteré del premio, le escribí a Gustavo felicitándolo y dándole un abrazo, aunque fuese virtual (lo hice por “Linkedin”, plataforma que compartimos), su respuesta fue la siguiente: Querido Manolo, ¡gracias siempre! Nunca olvidaré que tú nos instabas a leer, eso era una maravilla que pocos entendían entonces. Un gran abrazo y todo mi cariño para ti.
Gracias a Gustavo, me reafirmo en la pasión lectora que siempre he mantenido y que traté de transmitir a quienes fueron mis alumnos, por suerte, con bastante éxito.
Quien quiera ser creativo publicitario, especialmente del lado de la redacción, TIENE que leer literatura, de la “clásica” y aquella que cada día crece exponencialmente; hay que leer “de todo”, especialmente al principio, porque poco a poco se irán perfilando gustos y aficiones. Pienso que es el mejor modo de alimentar la fantasía personal, que a su vez alimenta esa creatividad necesaria para imaginar y escribir.
Desgraciadamente, me parece que cada vez se lee menos y por eso publicar un libro ya es un logro, pero eso tal vez sea como poner un mensaje dentro de una botella y echarla al mar, esperando que alguien la encuentre y lea el mensaje … Ese es el logro de Gustavo, y es algo que, por su excelencia, ha merecido un premio.
Leer…, crear…, imaginar…, soñar… y transmitir eso a los demás. Siempre repito que nadie puede entregar lo que no tiene: leer es recibir y permite dar.