Escrito por: Aldo Canchaya, Director Creativo General de FiRe Advertainment
El mundo de la música cambió. Ya no solo se trata de tener una buena canción, video o dar un concierto, sino de ser lo suficientemente inteligente para lograr que ese concepto sea relevante para el público y que luego ellos, al hacer suyo el mensaje, lo difundan a través de sus propias redes.
Para el lanzamiento de Witness, el último álbum de Katy Perry, el artista suizo Urs Fischer, no solo creó una escultura para la portada, sino que convirtió a la cantante en una escultura gigante, y luego hizo una exposición en una galería del SoHo Manhattan, invitando a la gente a que manipule y moldee la escultura.
La simpleza fue clave del éxito: debajo de la superficie blanca y maleable estaba la arcilla para modelar, en un arco iris de colores. Interesante entregarle el poder a la gente a jugar y participar, porque la muestra rompió récords en PR y compartidos a nivel mundial, en las diferentes redes sociales.
No es la primera vez que este artista permite que los asistentes modifiquen sus obras. En una exposición de 2013 en el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles, invitó a 1,500 visitantes a crear esculturas de arcilla junto con él y personal de su estudio. Las versiones de algunas de esas esculturas más tarde fueron expuestas en una galería.
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