Todos hemos sido testigos de cómo en este proceso clasificatorio para el mundial de Rusia, nuestro entrenador de la selección de fútbol, Ricardo Gareca, intentó a toda costa proteger a su grupo ante el entorno. Y de cómo, este simple hecho, pudo haber influido en los resultados.
Nuestros futbolistas han sido celosamente “aislados”, intentando solo ver y hablar de fútbol dentro del grupo.
Blindarlos de los comentarios externos, de los periodistas y de la presión fue una estrategia muy acertada para proteger lo más importante: El talento y por consecuencia el logro de los resultados.
En el caso de las agencias y sus equipos creativos ocurre algo similar.
Los que manejamos grupos de trabajo sabemos que tenemos colaboradores de diversos perfiles. Muchos de ellos con una gran influencia artística por ejemplo y con una sensibilidad especial para analizar las cosas.
Todos ellos, apasionadas por lo que hacen, ilusionadas como niños cuando crean una buena idea, cuando les aprueban una campaña o cuando sus ideas salen a la luz y logran trascender.
Es nuestra obligación mantener, proteger y sobre todo incentivar ese talento y esa particular forma de pensar y de ver el mundo; y para eso debemos hacer lo que hace Gareca: Blindarlos.
Blindarlos de temas ajenos a la generación de ideas.
Blindarlos de información inútil en un proceso creativo.
Blindarlos de negociaciones, de reuniones interminables y también de información de mercado que no es relevante para el proceso de creación.
Es nuestro deber generar el entorno y el ambiente apropiado para la inspiración creativa.
Y parte de eso es el blindaje del talento. Como dice nuestro DT: En la interna, solo se habla de fútbol…y de buenas ideas.
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