Los pies enfermos de una mujer tejana voluntaria en los ensayos del fármaco de Pfizer y BioNTech contra la covid-19 se viralizaron acompañados de contenido antivacuna. Era una fake new.
La imagen de los pies llagados e inflamados de Patricia, una mujer tejana de 30 años que participó en los ensayos del fármaco de Pfizer y BioNTech contra la covid-19, se viralizaron gracias a activistas anti vacunas. Los mensajes achacaban la condición de la paciente a reacciones adversas del experimento, sin embargo, todo era un fake new.
La parte real de la historia es que Patricia formó parte del grupo de personas voluntarias en la fase de pruebas clínicas de esta vacuna. También es cierto que la extraña condición de sus pies comenzó en días posteriores a la administración del medicamento. Pero sucede que luego de todo el revuelo causado por la difusión desmedida de su padecimiento, el personal de salud que supervisó su participación informó y demostró que Patricia nunca recibió la vacuna real sino que estuvo dentro del grupo de control al que se le inyectó un placebo de solución salina. Es decir, es imposible que sufra el efecto secundario de una vacuna que nunca recibió.
La propia Patricia asume parte de la culpa por la confusión. Las facturas por el tratamiento de sus pies se volvieron tan insostenibles que debió abrir una campaña de GoFundMe para buscar fondos que le ayudaran a sufragar los gastos médicos, y en una primera publicación ella misma autorizó que allí se colocara que se trataba de un efecto secundario del fármaco, porque así lo creyó en un primer momento. Al enterarse de que no había recibido la vacuna se apresuró a borrar lo posteado pero ya era demasiado tarde.
“Tengo que asumir cierta culpabilidad por publicar mi historia. Son las redes sociales. Lo compartes por un segundo y puede ser recogido y viralizado. Mi lesión no tuvo nada que ver con la vacuna. Mi error. La gente comete errores. El hecho de que estos anti-vacunas estén usando esto para alimentar su agenda es exasperante”, dijo la paciente en declaraciones recogidas por BBC.
Patricia no solo ha visto cómo la imagen de sus pies ha recorrido por todo internet alertando engañosamente por supuestos peligros que vienen con la vacuna del coronavirus, sino que además ha sido víctima de cyberacoso por parte de los propios activistas antivacunas que le hacen llegar por redes sociales mensajes despectivos y violentos por el hecho de haber participado en las pruebas.
Su página en GoFundMe sigue activa y Patricia sigue luchando con la enfermedad de sus pies para poder retomar su vida normal.